Comenzamos con la asignatura de Didáctica de la Lengua Española. Esta primera actividad va a encontrarse dirigida al trabajo del lenguaje, la lengua y la comunicación oral.
En la siguiente entrada vamos a plantear una actividad de comunicación oral en gran grupo atendiendo a la edad de los alumnos y especificando el tratamiento que se le dará a toda la clase y, en especial, a dos niños: uno que no participa en los diálogos orales y otro que no respeta, no escucha y habla continuamente para imponer su punto de vista.
Para poder realizar todo lo anteriormente mencionado, habrá que escoger un tema de debate, explicar la dinámica de la actividad y exponer cómo se planteará el tema y cómo se dinamizará en caso de que el grupo se estanque, así como la forma en la que se evaluará la actividad.
El tema escogido es el siguiente: “¿Los animales en el zoo o en su medio natural?” He escogido este tema en primer lugar, porque admite diferentes opiniones y puntos de vista a contrastar, ya que se encuentra la dualidad de querer ver a los animales, y para ello tienen que estar en el zoo, y por el contrario la realidad y necesidad de que estos animales vivan en su hábitat, de lo cuál, los chicos son conscientes porque han estudiado en otras asignaturas. A partir de aquí, son muchas las razones que pueden dar y aportar para posicionarse de un lado, o del opuesto.
El tema anteriormente mencionado ha sido seleccionado pensando especialmente en los alumnos de 5º y 6º primaria, esto es debido a que entre sus temas favoritos se encuentran los animales salvajes y domésticos, así como los reales o fantásticos. Por lo que considero que es un tema que puede resultar de gran interés entre estos alumnos, ya que, además, ellos ya han adquirido la percepción espacial, y por tanto saben diferenciar dónde debe estar cada uno, discriminando así, el hábitat natural de cada uno.
El debate se realizará en un contexto tranquilo en el que todos los estudiantes puedan estar viéndose entre ellos, creando así también un lugar de encuentro. Esta actividad se realizará en un aula concreto que cuente con una disposición de las mesas algo diferente al que estamos acostumbrados, para favorecer así un ambiente de conversación y debate en que todos puedan verse entre ellos. La disposición del aula sería el siguiente:
Todas las sillas se encuentran colocadas en un gran círculo sin ningún tipo de mesa u objeto que limite la visibilidad de los compañeros, favoreciendo de esta forma que puedan apreciarse también los diferentes gestos que la persona que hable pueda ejercer, ya que este lenguaje no verbal también aportará información sobre la idea o ideas que determinado alumno quiera defender.
El tiempo en el que se llevará a cabo dicho debate, será en la última sesión de un miércoles. He escogido esta hora y este día porque considero que las últimas horas generalmente son sesiones en las que los alumnos se encuentran más cansados y considero que el debate es algo más dinámico, entretenido y divertido. Además, he decidido que se llevara a cabo un miércoles porque un debate es algo diferentes, especial, que se sale de lo cotidiano, y simplemente el hecho de cambiarse de aula ya supone una novedad para los alumnos. Para los estudiantes, toda novedad es transformada en motivación, ganas, intriga y por tanto involucración. Es por lo que he mencionado anteriormente, por lo que considero qué el mejor día para colocar “una actividad especial” para los alumnos, sea justo en medio de la semana lectiva.
El entorno y el clima que se debe generar debe ser un ambiente de confianza, de seguridad, en el ningún niño se queda sin hablar por miedo de que lo diga esté mal, ya que es algo improbable, o por temor a que sus compañeros se rían de su aportación, ya que no se van a consentir ninguna falta de respeto. Debe entenderse como un espacio lúdico en el que el clima acompañe. Para conseguir todo lo anteriormente mencionado, el maestro tiene que encargarse de una tarea fundamental, y es moderar y mediar en todo momento, haciendo así, que las intervenciones de los alumnos no resulten excesivamente largas, que no hable única y constantemente el mismo niño, y que puedan contar con el tiempo suficiente para que los niños que quieran intervenir puedan hacerlo al menos una vez.
Antes de iniciar el debate, me parece fundamental explicar a los alumnos de qué trata la actividad, cómo y de qué manera se va a realizar, y sobre todo qué normas va a haber que acatar. Comenzaremos con las normas que van a regir la actividad, ya que sin ellas sería imposible el buen funcionamiento del debate.
1. No interrumpir a la persona que esté hablando. Solo podrá estar hablando una persona a la vez. Para poder hablar tendrás que tener en la mano el “objeto mediador”.
2. Si quieres hablar levantarás la mano y esperarás a que te den “el objeto mediador” para comenzar tu intervención.
3. No se tira ni se lanza el “objeto mediador”, este será dado en la mano por el moderador.
4. No se grita, en un clima de respeto no hace falta alzar la voz para escucharnos entre nosotros.
5. Hay que respetar a los compañeros, no son válidas las burlas ni las faltas de respeto. Toda opinión puede darse desde el respeto.
6. Escuchar con interés y atención las intervenciones de los compañeros, nunca sabes cuando te va a aportar un punto de vista diferente.
7. Comparte tu opinión sin miedo a equivocarte, aquí no existen las equivocaciones.
8. No levantarse ni molestar a los compañeros durante el debate.
9. No cuchichear con el de al lado, cualquier idea puede ser compartida para toda la clase.
10. Aprende e intenta ser capaz de entender los diferentes puntos de vista.
11. Disfruta la actividad.
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Con lo que respecta a las normas establecidas, cabe mencionar que se trata de un acuerdo normativo de clase y no de un repertorio de pautas impuesto por el maestro, pero siempre contando con el maestro como mediador.
La elección escogida es la anteriormente mencionada porque son numerosos estudios los que señalan que si son los propios alumnos los que diseñan sus propias normas de clase, toman una conciencia mucho mayor sobre la necesidad de que estas existan, así como de su origen y de la importancia que tienen. Además, de esta forma, los alumnos se convierten en responsables de su propio cumplimiento, ya que son ellos mismos los que las han establecido.
Todo lo que comento en el párrafo anterior, viene originado de la motivación interior, lo cual al mismo tiempo, supone una reflexión asimilada de las normas establecidas.
A modo de sintetizar y justificar que las normas sean implantadas mediante un acuerdo normativo de clase, destacaría el concepto de proactividad con todo lo que conlleva. La proactividad es una actitud personal que nos impulsa a tomar decisiones e iniciativas y a responsabilizarnos de sus resultados. Se trata de decir en cada momento en qué criterio, normas o estándares queremos basarnos para hacer las cosas.
En el contexto de la normativa, el concepto de productividad se opone al de reactividad. Reactividad es la actitud que impulsa a fijarse en lo negativo, a observarlo y analizarlo para ver cuáles son las diferentes sanciones que pueden a llegar a aparecer. Sin embargo, la actitud proactiva, se centra en los hechos como punto de partida para diagnosticar y analizar un hecho. Se trata de ayudar a interiorizar la necesidad de responsabilizarse de los actos, y por consiguiente, de progresar en el desarrollo personal.
Una normativa proactiva propone reflexionar sobre las conductas, explicar las razones de las normas, situar al alumnado ante nuevas oportunidades para elegir lo que quiere hacer, comprobar la relación entre elección y consecuencia de la elección y entenderse mediante acuerdos y compromisos.
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Con lo que respecta a las normas establecidas, cabe mencionar que se trata de un acuerdo normativo de clase y no de un repertorio de pautas impuesto por el maestro, pero siempre contando con el maestro como mediador.
La elección escogida es la anteriormente mencionada porque son numerosos estudios los que señalan que si son los propios alumnos los que diseñan sus propias normas de clase, toman una conciencia mucho mayor sobre la necesidad de que estas existan, así como de su origen y de la importancia que tienen. Además, de esta forma, los alumnos se convierten en responsables de su propio cumplimiento, ya que son ellos mismos los que las han establecido.
Todo lo que comento en el párrafo anterior, viene originado de la motivación interior, lo cual al mismo tiempo, supone una reflexión asimilada de las normas establecidas.
A modo de sintetizar y justificar que las normas sean implantadas mediante un acuerdo normativo de clase, destacaría el concepto de proactividad con todo lo que conlleva. La proactividad es una actitud personal que nos impulsa a tomar decisiones e iniciativas y a responsabilizarnos de sus resultados. Se trata de decir en cada momento en qué criterio, normas o estándares queremos basarnos para hacer las cosas.
En el contexto de la normativa, el concepto de productividad se opone al de reactividad. Reactividad es la actitud que impulsa a fijarse en lo negativo, a observarlo y analizarlo para ver cuáles son las diferentes sanciones que pueden a llegar a aparecer. Sin embargo, la actitud proactiva, se centra en los hechos como punto de partida para diagnosticar y analizar un hecho. Se trata de ayudar a interiorizar la necesidad de responsabilizarse de los actos, y por consiguiente, de progresar en el desarrollo personal.
Una normativa proactiva propone reflexionar sobre las conductas, explicar las razones de las normas, situar al alumnado ante nuevas oportunidades para elegir lo que quiere hacer, comprobar la relación entre elección y consecuencia de la elección y entenderse mediante acuerdos y compromisos.
Esta actividad está enfocada como si se tratara del primer debate que se va a llevar a cabo en la clase, por eso, y como bien he mencionado anteriormente, resalto la importancia de dejarles bien planteadas y marcadas las normas, y de explicarles en qué consiste un debate y cómo se va a llevar a cabo, para ello, unos días antes, se les contará de qué trata y en qué consiste este tipo de actividades. Para que entiendan en qué consiste un debate, se les pondrá el siguiente video:
Posteriormente y tras la visualización del video, se les explicará a los alumnos que vamos a realizar un debate, pero con algunas modificaciones ya que por ejemplo no vamos a tener público. Además, se les mostrarán las normas, y se les mostrará este “objeto mediador” que va a regular quien tiene el turno de palabra, que, en este caso, será el siguiente peluche:
Siempre se buscará algún “objeto mediador” que guarde algún tipo de relación con el tema que se va a tratar en el debate.
Posteriormente y tras quedar claro, entendido y comprendido todo lo anteriormente mencionado, se les contará a los estudiantes que el debate lo tendrán el miércoles, que nos iremos a un aula diferente durante la hora de Lengua Castellana y Literatura, y que el tema que se va a tratar es el siguiente: “¿Los animales en el zoo o en su medio natural?”
Posteriormente, se les invitará a que como “tarea para casa”, piensen sobre este tema, escriban sus ideas con diferentes argumentaciones, pregunten, investiguen o indaguen en internet a ver qué es lo que encuentran.
Para finalizar esta sesión informativa y formativa al mismo tiempo, se resolverán las posibles dudas que hayan podido surgir.
Una vez llegado el día del debate, se les comentará a los alumnos si quieren coger algún papel en el que tengan anotadas diferentes ideas, y posteriormente, nos desplazaremos al aula en el que realizaremos el debate. Cada alumno se sentará en una de las sillas que se encuentran colocadas en círculo, y el maestro se quedará fuera del círculo de pie, facilitando así la entrega a diferentes alumnos del “objeto mediador”.
Para dar pie al inicio de las intervenciones, se les volverá a lanzar el tema: “¿Los animales en el zoo o en su medio natural?”, en caso de que ningún niño se anime a comenzar el debate, les lanzaría otra cuestión a la que únicamente pediría que me respondieran levantando o no, las mano, y sería la siguiente, “¿alguna vez habéis estado en el zoo?”. Tras muchas manos levantadas, les haría otra pregunta, esta vez ya sí, con la idea de que intervengan, “¿y qué os parece que los animales vivan allí?”. Los niños comenzarán a participar, en mayor o menor medida, aún así, considero que es adecuado llevar preparadas una serie de cuestiones por si el grupo se estanca y no sabe por dónde seguir, podrían ser por ejemplo como las siguientes:
- ¿Dónde creéis que viven mejor los animales? ¿En su medio natural o en el zoo? ¿Por qué?
- ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de vivir en un sitio u otro?
- ¿Pensáis que los animales viven en ambos sitios de la misma manera? ¿Qué diferencias tienen los animales por vivir en un lugar o en otro?
- ¿Opináis que los leones del zoo tienen el mismo comportamiento que los de la selva? ¿Por qué?
- ¿Por qué pensáis que se hicieron los zoos? ¿Cuál creéis que es su objetivo?
En caso de tener un niño en la clase que no realice ninguna intervención, no hable y no participe en los diálogos, creo que habrá que trabajar con esa persona la confianza, la seguridad, y que realmente este alumno sea capaz de sentirse en un clima seguro. Ante nada hay que obligarle a hablar y menos aún en público, por lo que quizá, intentaría que en algún punto del debate se lleve a algún aspecto del tema que a este alumno tímido le resulte muy cercano, y tenga unas ganas inmensas de compartir su idea. Por otro lado, en caso de que dicho alumno por el momento, siga sin intervenir durante el debate en ningún momento, hablaría individualmente con él de cara al siguiente debate, y le ofrecería ayuda para preparar algunas preguntas o al menos para facilitarle algún conocimiento sobre el tema o la situación, y que así, con conocimientos previos verificados por el maestro, pueda llegar a sentirse más cómodo, y al menos haga una intervención.
Por otro lado, si nos encontramos en el aula con un niño justo con las características contrarias, es decir, no respeta, no escucha, habla continuamente para imponer su punto de vista, e interrumpe continuamente la sesión, procuraría hacer hincapié en que quien no tiene “el objeto mediador” no tiene permitido interrumpir, además, le daría numerosos avisos de mal comportamiento hasta que llegado a un punto, le advertiría de que en la próxima interrupción se quedaría sin participar en el próximo debate. Por otro lado, al finalizar el debate hablaría con él de manera individual, le felicitaría por su interés y participación, y le haría saber y conocer de nuevo las normas, haciéndole entender, que si participamos de forma ordenada son muchas más las intervenciones que se pueden llevar a cabo. Por otro lado, le comentaría también la idea de que, si no escucha a sus compañeros, no puede darles una respuesta ya sea a favor o en contra. Le haría comprender que en esta actividad es tan importante tanto las aportaciones que realice cada estudiante durante el debate, como el saber escuchar a los compañeros, y posteriormente, le daría una segunda oportunidad para el siguiente debate, permitiéndole así que se comporte de manera adecuada siguiendo las normas establecidas.
Para evaluar esta actividad, utilizaría una rúbrica, ya que con diferentes ítems es más sencillo calificar los diferentes aspectos que se pueden llegar a trabajar durante un debate. Además, resulta más cómodo y sencillo para el maestro, ya que durante el debate puede ir tomando alguna nota breve. La rúbrica sería la siguiente:
Para finalizar y a modo de conclusión, me gustaría mencionar que considero que es una buena actividad y dinámica para trabajar la expresión oral, así como el lenguaje, la atención, las críticas constructivas, el hecho de defender una idea basándote en diferentes argumentos, y el saber escuchar y comprender. Además, es una oportunidad para conocer diferentes puntos de vista en diversos temas, y puede ayudar también a los estudiantes a comprender que no siempre todo el mundo comparte una misma opinión.
Sin duda alguna, utilizaré este recurso en mi futuro profesional, adaptando el tema a la clase, creando las normas a partir del grupo – clase, y favoreciendo un clima de confianza y seguridad. Además, me parece realmente importante dedicar un tiempo y espacio de la semana únicamente a trabajar hablando y no escribiendo. Hay que expresarse, y saber explicarse, y estos aspectos también se pueden trabajar y mejorar.
Estos debates también pueden llevarse a otras asignaturas en función del tema que se vaya a tratar, es una actividad en cierto modo trasversal que además se sale de lo cotidiano de escribir ante un cuaderno durante días. Además, es una forma de concienciarse también de que en todos los lugares y para todo en la vida, debe haber unas ciertas normas que rijan como debemos comportarnos en cada momento.
La bibliografía utilizada ha sido la siguiente:
Cubells, F. (2011). Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura. Recuperado de: http://www.online.lasallecampus.es
Padres en la escuela. (2016). Obtenido de Ejemplos de debates para niños de primaria: https://www.padresenlaescuela.com/ejemplos-de-debates-para-ninos-de-primaria/
Santrock, J.W. (2006). Psicología del desarrollo. El Ciclo Vital. Décima Edición. España: Mc Graw Hill.
Youtube. (24 de Febrero de 2016). Obtenido de Qué es un debate Primaria: https://www.youtube.com/watch?v=UA0tlFUYcuo
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