19 mar 2020

Bloque 3: Escritura.


Vivimos en un mundo en el que cada vez nos distanciamos más de la escritura manual, abandonada y sustituida en muchas ocasiones por el uso de los sistemas digitales, pero no por ello debemos olvidar la importancia de adquirir e interioridad el proceso de escritura.

Comenzamos con la tercera actividad de la asignatura de Didáctica de Lengua Española. Esta publicación, hace referencia a la comunicación escrita, es decir, la escritura. Esta actividad práctica consistirá en diseñar un entrenamiento modelado, es decir, copiado, para que los niños con retraso escritor mejoren su competencia caligráfica. La situación es la siguiente:

En mi clase de 2º de Educación Primaria, hay un niño que tiene muy mala letra, con errores en los trazados, y menos evolucionada que la del resto de sus compañeros. Dado este planteamiento, voy a establecer el trabajo que llevaré a cabo para que el niño pueda mejorar.

Al igual que en el bloque anterior, me gustaría dar pie a la actividad anteriormente mencionada aportando las diferentes definiciones de "escritura" según la RAE.


Antes de desarrollar el ejercicio concreto, es bueno que tengamos en cuenta varios aspectos que influyen en la grafomotricidad y en la caligrafía:

Postura y hábitos:

La postura correcta para desarrollar la escritura es aquella que parte de la comodidad, y que respeta la morfología natural del cuerpo humano. Igual que el tronco está en la posición más adecuada, debemos vigilar también la posición del papel, y como colocar codos, muñecas y manos en función de la posición del papel.

El movimiento gráfico:

Estos están compuestos por la suma de dos movimientos: el de desplazamiento de izquierda a derecha, y el de inscripción (ejecución de las letras).

La presión:

A la hora de escribir, la presión que hagan los alumnos con el instrumento de escritura es el reflejo de la tensión que tengan en las manos. Hay que procurar que estén relajados, evitando situaciones que les lleven a frustrarse. Para poder controlar la presión ejercida, podemos usar distintos materiales, como lapiceros, que por su dureza permiten escribir sin hacer esfuerzo de más; rotuladores que al hacer presión innecesaria, se abre la punta, y se estropearía; o plumas estilográficas, que al hacer fuerza contra el papel, descarga más tinta.

La velocidad:

Esta depende de la forma, longitud y del tipo de letra, además, se va mejorando con la edad y el entrenamiento.

El ritmo:

Depende de los mismos aspectos aspectos que la velocidad, de ls misma manera, es una característica que mejora con la edad y con el entrenamiento.


Es necesario que creemos un entorno seguro para los alumnos, sin riesgo para ellos en el sentido en que cualquier aspecto a mejorar pueda suponer una amenaza a su autoestima. Para ello lo ideal es tener referencia del niño si ya llevamos trabajando con él en el aula, o pedir referencias a profesores del curso anterior. No debería ser ningún problema, puesto que los niños en estas edades aún no reciben una gran influencia por las relaciones sociales.

Es interesante también pedir la colaboración de los padres, para que apoyen a su hijo en el proceso, revisando que haga los pequeños ejercicios que se pueden plantear en casa, como refuerzo de los que nosotros como profesores podemos proponerle en clase.

Además, como método de motivación, podemos comentarle a este alumno la posibilidad de escribir una carta a un amigo, o a un familiar y mandársela por correo, pero siempre reincidiendo en que para poder mandar esta carta, debe mejorar su letra, para que así, quien reciba la carta pueda entenderla y responderle. Creo que es una buena motivación, ya que a los niños con esta edad, les fascina hacer cosas que ellos consideran "de mayores". 

Otro recurso que podría servirnos para favorecer y fomentar la motivación, es mediante el "libro viajero", si en ese aula lo tienen, y cada semana se lo lleva un alumno, puede ser una buena motivación hablar con ese alumno concreto y decirle que en cuanto mejore su letra, será él quien se lleve el libro viajero, pero que hay que esperar a que mejore la letra para que cuando luego se lo lleven otros compañeros puedan leer y entender qué cosas escribiste tú.

Todas las diferentes formas de potenciar la motivación, considero que siempre deben ir acompañadas de comentarios diarios del tipo, ¡ánimo, estás mejorando un montón!, ¡confío en ti!, ¿sé que lo vas a conseguir!, ¡ ya te queda muy poco para conseguirlo!, ¡se nota que estás practicando!, ¡estoy orgullosa de ti!, ¡ no te rindas, lo vas a conseguir!, etc. Personalmente considero realmente importante que el niño sepa que le acompañamos en este proceso y entrenamiento, y que no es diferente, o extraño por tener mayor dificultad, creo que es importante hacerle entender que cada alumno tiene dificultades en áreas y aspectos diferentes.

Hay que tener en cuenta que la única forma de mejorar el trazado es copiando y repitiendo grafías, palabras y frases. Ese trabajo mecánico y, en ocasiones aburrido, tiene como objetivo liberar el trazado y dominar la direccionalidad, además de organizar adecuadamente el escrito en la pauta, la cuadrícula o la línea recta.

La copia de letras, de palabras y de frases es una actividad apropiada para los dos primeros cursos de primaria. Pero hay que procurar evitar siempre el modelaje de “seguir los puntitos para trazar una letra”. Este ejercicio obsoleto, no cumple con el objetivo de liberar el trazo. Podemos elegir los tamaños más adecuados de letra y tamaño de pauta o cuadricula e irlos ajustando a los avances de cada uno de los niños.

Aunque se trata de una actividad completamente mecánica, debemos intentar como maestros, que las diferentes grafías, palabras o frases que el alumno copie y repita, sean conocidas por él, y a ser posible, de su interés.

Para las actividades usaremos papel pautado, con pautas de dos líneas, para que tengan esa referencia del tamaño y la altura de las letras. El tipo de letra que mejor se adapta es aquel cuyas líneas y formas son más fáciles de ejecutar, con trazos unidos entre las distintas letras. Generalmente están acostumbrados a cuadernillos de caligrafía como los comercializados por Rubio. Progresivamente, si vemos que la mejoría es notable, podremos cambiar las hojas con dos líneas y pasar a hojas con una línea solo, donde van apoyadas las letras.

El material para escribir que se adapta mejora a su edad es un lapicero de mina 2B. Esta es de un grafito más blando, que permite borrar con más facilidad, y cuya oscuridad puede hacer visible al niño si está apretando mucho o no.



Este tipo de actividad, se llevará a cabo todos los días a excepción de los domingos, que se dedicarán al descanso. Los sábados, se realizará un breve ejercicio del tipo anterior, y entre semana, se harán dos ejercicios por día, uno en clase, en la sesión de Lengua Castellana, y otro por la tarde en casa.

La actividad que se realice en la sesión de Lengua Castellana, puede ser en el momento en el que mientras el resto de compañeros realizan un dictado, el alumno con estas dificultades anteriormente mencionadas, ya tendrá el dictado escrito, y lo irá copiando.

Además, cada texto irá acorde con un tema, en función también de la época de año, de la festividad o celebración más cercana, y de los intereses del alumno. Por ejemplo, si nos encontramos en un momento cercano al día de la madre, se podrá copiar y repetir un poema para su mamá, o si por el contrario, se acerca la Navidad, podremos copiar y repetir una breve felicitación navideña para nuestros familiares.

Lo que se busca, es que los textos copiados y repetidos, tengan un significado para el niño más allá de mejorar su caligrafía, y es por ello, por lo que si escribe sabiendo lo que pone, y le da un sentido propio, lo hará con más interés y motivación.

Las actividades anteriormente mencionadas, independientemente de que se realicen en casa o en la escuela, no deben ocupar un tiempo superior a los 10 - 15 minutos, ya que en ese caso, el niño puede acabar cansándose y frustrándose. Además, estos ejercicios para el entrenamiento de su caligrafía, deben realizarse en un momento del día en el que el alumno se encuentre con energía y con atención, ya que en caso de estar cansado, no rendirá lo suficiente como para que el entrenamiento sea válido y le ayude a mejorar, debe hacer los ejercicios prestando atención.

Es evidente que estos tipos de ejercicio, cuando se realicen en clase, necesitan una evaluación en el momento, para ver posibles fallos, e ir mejorando. Los ejercicios de casa, por ejemplo, se pueden corregir al día siguiente, pero haremos que sea el propio alumno el que nos diga como lo ve, que le costó hacer, o que cree que podría mejorar. Nosotros le invitaremos a esa reflexión, y guiaremos en todo momento, resaltando aspectos positivos y negativos.

Con lo que respecta a la evaluación, es evidente que estos tipos de ejercicio, cuando se realicen en clase, necesitan una evaluación en el momento, para ver posibles fallos, e ir mejorando. Los ejercicios de casa, por ejemplo, se pueden corregir al día siguiente, pero haremos que sea el propio alumno el que nos diga como lo ve, que le costó hacer, o que cree que podría mejorar. Nosotros le invitaremos a esa reflexión, y guiaremos en todo momento, resaltando aspectos positivos y negativos.

Pero personalmente, y como futura maestra, no evaluaría de otra forma este trabajo, porque personalmente, creo que se trata de un proceso que hay que apoyar porque además, puede llegar a resultar muy pesado, monótono y aburrido, es por ello, por lo que iría guardando las diferentes actividades de entrenamiento del alumno con su fecha correspondiente, y a lo largo del proceso, se las iría mostrando para que viera que lo está consiguiendo y que está evolucionando.

Considero que en estas actividades y como bien he mencionado anteriormente, es importante marcar los aspectos positivos, y señalar al alumno qué otros aspectos hay que mejorar y de qué manera, tanto a nivel de caligrafía, como todos los diferentes aspectos que influyen en la grafomotricidad y en la caligrafía. Pero siempre, partiendo de que sea el propio alumno el que intente ver y darse cuenta de qué aspectos son los correctos, y cuáles no están del todo bien, en todo este proceso, siempre se deberá contar con la intervención del maestro.

Finalmente, y a modo de conclusión, me gustaría mencionar que después de este trabajo, y en general la línea de la asignatura y de la asignatura del semestre anterior, me doy cuenta de que nos dejamos llevar por lo cómodo. Cuando un alumno tiene problemas de caligrafía, lo más fácil es mandarle un cuadernillo cualquiera sin atender en los aspectos que se encuentran más profundos. Pero si de verdad nos queremos implicar en el proceso, tenemos que ser partícipes de él, creando los materiales y poniendo a la disposición del alumno aquello que realmente necesita. Además, si hacemos el material “personalizado” nos aseguramos que nuestros alumnos estén lo suficientemente motivados como para hacer ellos mismos esos trabajos, y no reciban la ayuda bondadosa de sus padres, que a veces son los que rellenan esos tediosos cuadernillos. Vamos a involucrarnos en la situación de cada uno de nuestros alumnos para facilitar y favorecer que ellos puedan aprender y mejorar con la mayor motivación posible.

Me gustaría cerrar este trabajo con la siguiente cita:

"La escritura es la pintura de la voz". - Voltaire.

La bibliografía utilizada ha sido la siguiente:

Labajo, I. Didáctica de la Lengua Española. 

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. (s.f). Obtenido de: https://www.rae.es/

Santrock, J.W. (2006). Psicología del desarrollo. El Ciclo Vital. Décima Edición. España: Mc Graw Hill.